miércoles, 7 de noviembre de 2007

Posets o Tuca de LLardana (climax)

¡Bueno llegó el día!


Estamos en el Refugio de Estós. Nos ha tocado dormir en la habitación Perdiguero.

Nos levantamos prontito, a las 6. Porque a las 6:15 se sirve el primer desayuno.
Hacemos un buen desayuno y pagamos. Txosse se ha quedado durmiendo. Ella hará la vuelta a la civilización en solitario (y como nos contó más tarde, a contra corriente).

¡Mira que ya lo teníamos todo preparado! Pero entre que desayunamos, pagamos el refugio, apretamos las cosas en la mochila, nos calzamos y nos ponemos las polainas ya se nos han hecho las 7:15.

Y empezamos yendo en dirección contraria. Habíamos tomado el camino como si volviésemos al parking. Pero tras una breve reflexión (del sol en el cartel, que indica la dirección) giramos 180 grados. El buen camino es continuar remontando el valle. Nada más salir vemos un cartel que indica Llardana a 7h... vamos a ir justillos de tiempo. Bueno andando 2 minutos nos encontramos otro que indica Llardana 5h 30min. A este paso vamos a llegar al pico antes de media mañana :-)

A 5 minutos del refugio hay que atravesar el río a la orilla derecha (o sea a la izquierda según nuestro sentido de la marcha). Primero vemos 2 troncos a forma de puente precario, pero Òscar decide que tiene que haber algo mejor. Y exactamente 100m más adelante hay un puente en toda regla. El camino está muy pisado pero como nevó los días anteriores (quedan unos 10cm-30cm) y no hay huella, a veces se pierde un poco el rastro. Vamos remontando por la ladera paulatinamente en busca del resalte que hay justo debajo de las Agujas de la Paul. Esto nos permite entrar en el Collado de la Paul a una altura cómoda (2.500m).

Según marca mi mapa de la Alpina, también está la opción de seguir el fondo del valle y tomar directamente el Collado de la Paul. Aunque una vez allí esta opción no parecía muy recomendable, por el fuerte desnivel y el tipo de terreno.



A esta altura un grupo de 3 hombres, nos dieron alcance y agradecieron la traza que habíamos abierto. Seguimos subiendo juntos hasta una planicie a medio collado donde nos paramos. Desde esta planicie se veía perfectamente la cresta de Posets, el Pico Royo y las Agujas de la Paul. Así que aprovechamos para hacernos "la foto de rigor" (como diría el no-presente Pablo). Como estaba este otro grupito, nosotros el hicimos la foto a ellos y ellos a nosotros (con el debido intercambio de cámaras) (A ver si puedo colgar la foto que no hicieron porque quedó les chula).

El grupo de 3 chicos siguieron. No hacía mucho frío pero un rayo de sol siempre se agradece, así que nosotros decidimos tomar un poquito de sustento (en forma de barritas, chocolate, chicharrones y queso). Allí Gubi empezó a buscar el lago que necesitaba para llenar su cantimplora y que no encontraría en toda la jornada... por mucho que el mapita lo tenga dibujado :-(

El collado de donde se inicia la cresta este del Posets, se veía justo al lado. Nos pusimos en marcha porque pese a la proximidad visual (sabíamos que todavía era cuestión de una caminata). Así que poco a poco siguiendo los hitos, llegamos a este collado sin más incidencias sobre las 11:50. Casi 5 horas de subida, eso sí, a paso tranquilo. Y ahora íbamos a empezar la esperada cresta. Allí estaban el grupito de 3 que después de que nosotros les comunicásemos nuestros planes se habían decidido subir por la cresta también ellos.

Esperamos a reagruparnos, beber un poquito de agua y nos pusimos arneses y cascos. A veces me sorprendo yo mismo: parecemos "pofesionalé de verdà".

Empezamos a subir. El terreno está formado de una piedra gris bastantes descompuesta. El progreso era fácil , pero teníamos que ir con cuidado para no tirar piedras al compañero. Al poco de iniciar la subida nos encontramos a un chico del grupo de los 3 que se volvía atrás. Nos dijo que no se sentía seguro porque el terreno estaba muy descompuesto y que había encontrado su límite. Sin embargo, sus dos compañeros continuaban. Así que nosotros en broma nos dijimos que ya nos volveríamos con sus compañeros.

Conforme seguíamos avanzando la cresta se iba volviendo un poco más aérea, pero en general los pasos eran fácilmente franqueables (grado 3). Siempre y cuando se dispongan de algunos conocimientos mínimos de escalada y no se tenga vértigo.

Bueno pero no todo iba a ser tan fácil. Habíamos leído en alguna reseña que era una cresta muy aérea, así que ya suponíamos que no todo iba a ser caminar por anchas piedras y trepar con ligereza. Hacia media cresta en longitud, que no en tiempo, el carácter de la cresta cambia. Allí ser torna más aérea, con pasos más delicados (sin llegar a 4). El color gris de la piedra se torna marrón (la montaña es muy sabia). Y al encontrarnos este cambio de dificultad, también nos encontramos a los 2 componentes restantes del grupo de 3 chicos. Nos dijeron que se volvían atrás porque había un paso aéreo que no se atrevían a hacerlo sin la ayuda de una cuerda. "Mal rollo" nos dijimos para nuestro fuero interno.

Decidimos seguir adelante ya que Òscar llevaba un cordino de 30 metros y la vuelta atrás nos hubiese hecho perder mucho tiempo. Poco a poco fuimos percibiendo como la cresta se volvía más y más aérea y más y más expuesta. Hasta el punto que decidimos encordarnos. En parte era para dar seguridad, en parte era para progresar más rápido (la famosa ayuda psicológica de la cuerda). De esta manera recuperamos un poco el ritmo que había ido decreciendo. Y teniendo en cuenta que a las 6 de la tarde el Sol empezaba su ocaso, no era cuestión de entretenerse.

Seguimos subiendo. De tanto en tanto buscábamos hitos que indicasen el mejor camino. A veces los hitos estaban enfrente nuestro, otros a nuestra izquierda, pero nunca marcaban un camino claro a seguir. Según el mapa de la Alpina el camino se situaba en la vertiente sur de la cresta. Ante esta perspectiva seguimos por la cresta.

En la cresta nos pasó un grupo (sin encordar) de 2 chicos y una chica que iban trepando rápido y con facilidad. No llevaban mochilas y querían bajar pronto para volver al Refugio de Estós para cenar.

Esta cresta no deja ver su final fácilmente y menos con el Sol cegándote de frente. Se hacía largo y todos nos preguntábamos: "¡Falta mucho!". Para rematar la faena el Sol se empezó a esconder tras la propia cresta y las manos empezaron a enfriarse y perder el tacto. El mal humor empezaba a aflorar: todos teníamos ganas de llegar y cada uno con su San Benito. Yo en cabeza de la cordada me estaba internamente maldiciendo por haber de escogido esta cresta. Sabía que Silvia y Òscar no son amigos de las alturas (ahora imaginen un paso 2'50m de largo por 70cm de anchura con 200m de desnivel a lado y lado) Además quería ir más rápido porque me estaba congelando las manos. Cerrando la cordada teníamos a Gubi que estaba deshidratado y famélico.

Los últimos 20 metros de la cresta, debido a ser piedra descompuesta, eran desagradecidos para treparlos y se hizo muy largo. Eso sí, había recompensa: al llegar el Sol te volvía a calentar. Aunque no por mucho tiempo: eran las 5 de la tarde. Ahora ya sólo teníamos que recorrer unos 300m de cresta plana hasta llegar al Posets. Aunque primero, paramos a beber y tomar alguna barrita energética. Era pura necesidad: hacía 5h desde la última vez que habíamos bebido y 6h desde que habíamos comido.

Para ser sinceros sobre la dificultad de la cresta:no es una cresta muy difícil, no para estar 5h, ni tampoco es necesario encordarse. Nosotros estuvimos de acuerdos que debido a nuestras capacidades e inseguridades progresamos muy lentamente. Para personas mínimamente acostumbradas a las alturas y la escalada es una cresta que se puede hacer tranquilamente en 2 horas, o menos. Excepto el último tramo que es muy descompuesto, la cresta es muy segura y de roca con buena adherencia.


Después del frugal tentempié (nunca mejor dicho), en 5 minutos llegamos al Posets o Tuca de Llardana (3.375m), caminando por lo que quedaba de cresta. Como decía Òscar: "En otras ocasión este trozo de cresta me hubiese puesto de los nervios, pero hoy después de lo que hemos hecho esto es como si fuese por el pasillo de mi casa." En el Posets no nos entretuvimos ni 10 minutos: hicimos la foto de la cima y nos quitamos arneses y desplegamos los palos. El Sol empezó a ponerse y el Posets proyectó su sombra primero sobre las montañas circundantes y finalmente sobre el propio cielo. El espectáculo era precioso. A nuestros pies se contemplaba todo el Pirineo. La puesta de Sol sobre el macizo de la Maladeta era miníscula desde allí. Suerte que a la hora de escoger el objetivo me decidí por el angular: el basto paisaje lo pedía.

Pero no nos pudimos quedar a disfrutarlo el tiempo debido: nos esperaban a las 8 en el Refugio Ángel Orús.

2 comentarios:

Adriana Lara dijo...

envidiables energías... yo en todo ese tiempo sólo me levanté, me desperecé y comí algo. qué vergüenza...

nomadas de las fiesta dijo...

tienes un blog muy interesante me ha encantado poder visitarlo,la verdad que lo haces ameno de leer y pienso que no te importa dedicarle el tiempo necesario al blog sigue asi,te invito a visitar mi blog y a devolverme el comentario,gracias y suerte con tu blog